jueves, 2 de diciembre de 2010

Sudáfrica: La pobreza omnipresente

Doce años después del fin del apartheid, la pobreza aún es uno de los principales desafíos que afronta Sudáfrica, aunque varían las opiniones sobre la dimensión del fenómeno.
"La pobreza aumentó en todos los grupos raciales. Muchas personas en cada uno de ellos experimentan los mismos problemas", explicó a IPS Hassen Lorgat, encargado de campañas y comunicaciones de la Coalición Sudafricana de Organizaciones No Gubernamentales Nacionales (Sangcoco), con sede en Johannesburgo. 


Pero Greg Ruiters, del Instituto para la Investigación Social y Económica de la Universidad de Rhodes, en la provincia de Cabo Oriental, tiene un punto de vista ligeramente distinto.

"La pobreza absoluta no es tan mala como solía ser bajo el apartheid", el régimen de segregación racial institucionalizada en perjuicio de la mayoría negra que finalizó en 1994, señaló a IPS. Pero "la pobreza relativa entre los ricos y los pobres está aumentando. Esto es preocupante", añadió.

Por su parte, el Congreso de Sindicatos Sudafricanos vincula la pobreza con la falta de empleo.

"El desempleo todavía es demasiado alto, tanto si uno toma la cifra estricta de 27 por ciento (de la población económicamente activa), que excluye a quienes están demasiado desalentados para buscar trabajo, como la definición expandida, más realista, de 41 por ciento", expresó en agosto el subsecretario general del Congreso, Bheki Ntshalintshali, al Sindicato de Trabajadores Municipales Sudafricanos.

"Demasiadas de nuestras familias y comunidades sufren la miseria de la pobreza absoluta simplemente porque no hay trabajos que generen dinero para poner alimentos sobre la mesa", agregó.

Los niveles de pobreza también resultan de los efectos prolongados de la segregación institucionalizada, que excluyeron de la economía a los sudafricanos negros.

"No pienso que la situación haya cambiado", dijo a IPS Cathy Gush, directora del Centro para el Desarrollo Social en la Universidad de Rhodes.

El "Informe Macro Social", publicado por el gobierno en junio, también subraya los desafíos que hay por delante para ayudar a la mayoría negra a salir de la pobreza.

"Aunque hubo un avance significativo y rápido de la población de África hacia y dentro del estrato medio, la realidad es que los negros que pertenecen a esa clase suman 7,8 por ciento del total, mientras que la cantidad de mulatos equivale a 15,6 por ciento, los indios a 20,7 por ciento y los blancos 33 por ciento", destaca el informe.

Los negros constituyen 78 por ciento de los 46,9 millones de sudafricanos, de los cuales 9,6 por ciento son blancos, 8,9 mulatos y 2,5 indios, según estadísticas oficiales.

Los factores que apuntalan la pobreza en Sudáfrica y otras partes del mundo quedarán bajo los focos este martes, cuando se celebre el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. 



Previo a este día conmemorativo, el Llamado Mundial a la Acción Contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés), una entidad que abarca una amplia variedad de instituciones civiles, organizó la campaña "Levántate Contra la Pobreza", que aspira a marcar un récord mundial en cantidad de personas que se pusieran de pie contra este flagelo al mismo tiempo en la víspera y este lunes.

Laura de Lange es una de quienes apoyaron la iniciativa de GCAP, ayudando a sumar gente a esa causa en Sudáfrica.

"Soy una muchacha blanca, de 16 años, de clase media. Usted puede considerar que esto no es relevante, pero es triste ver cómo afecta mi vida diaria", dijo De Lange a IPS, destacando haber visto la pobreza cada día.

"Cuando me subo al automóvil de mis padres y voy a la escuela, cuando camino hacia la cafetería más cercana con mis amigos, cuando hago trabajo comunitario veo personas que viven en terrenos vacíos donde los constructores ricos todavía no edificaron", dijo esta estudiante de la Escuela Secundaria Sutherland, en Centurion, cerca de Pretoria.

"Veo sus casas hechas de plástico y basura. Oigo su conversación suave o sus voces animadas mientras esperan su turno para que les sirvan sopa de una lata grande. Siento sus manos ásperas cuando les entrego la taza de plástico llena de sopa, lo que probablemente significa que vivirán un poco más", agregó. "Y sé que esto tiene que terminar", apuntó decidida.

Sus palabras fueron reiteradas por otra activista, Sarita Pillay, también de 16 años.

"No es fácil simplemente cerrar los ojos cuando la realidad de la pobreza está en todas partes. En Sudáfrica es común ver a una madre y a su hijo mendigando al lado de un (lujoso automóvil marca) BMW en un semáforo", dijo esta alumna del Colegio Sagewood, en Midrand, cerca de Johannesburgo.

"Es injusto que residamos en un país donde una persona que vive en un tugurio y apenas llega a fin de mes pueda vivir a pocos kilómetros de una persona que reside en una mansión y tiene tres automóviles", añadió.

"La pobreza muestra una desigual distribución de los recursos mundiales y quedó demostrado que es un asunto que puede ser abordado. Este problema tiene que ser tratado directamente y no pasado por alto", concluyó.

Noziphozonke Hlophe, un voluntario de 21 años que coordina la no gubernamental Fundación Oaktree, apoyó la iniciativa "Levántate Contra la Pobreza" en la oriental ciudad portuaria de Durban.

"Queremos decirle al gobierno, que cumpla su promesa en el marco de los Objetivos de Desarrollo de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para el Milenio de reducir la pobreza a la mitad para 2015, tomando los indicadores de 1990", declaró.

"El gobierno se está moviendo muy lentamente", añadió.

Los ocho Objetivos de la ONU fueron adoptados por los líderes del mundo en la Cumbre del Milenio celebrada en 2000 en Nueva York, para abordar varias de las principales barreras al desarrollo. 


Incluyen reducir a la mitad para 2015 (respecto de los datos de 1990) la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, así como lograr una educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, combatir la expansión del VIH/sida, la malaria y otras enfermedades, asegurar una sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.

Lorgat, de Sangcoco, cree que las empresas tienen que jugar un rol más importante en los esfuerzos de alivio de la pobreza.

"Pienso que el gobierno intentó reducir la pobreza, pero no es tan fuerte como el sector privado, que le está fallando a la nación", afirmó.

"El gobierno debe establecer condiciones para asegurarse de que el sector privado cumpla", puntualizó Lorgat.

Gush coincide en que los beneficios sociales, tales como el subsidio de 25 dólares que el gobierno asigna a los niños necesitados cada mes, hacen una diferencia en las vidas de los pobres. Pero también tiene sus reservas al respecto.

"El problema es que a veces las personas abusan de la subvención, comprando alcohol con ese dinero. La dependencia de los subsidios también mata la iniciativa", indicó.

"No estoy diciendo que las subvenciones sean malas. Pero no generan iniciativa para hacer frente a la pobreza. Eso causa un síndrome de dependencia", anotó.

En su discurso presupuestario en febrero, el ministro de Finanzas, Trevor Manuel, dijo que el gobierno estaba pagando 9.300 millones de dólares anuales, 3,4 por ciento del producto interno bruto, a más de 10 millones de beneficiarios.

"Los subsidios sociales contribuyen con más de la mitad del ingreso de 20 por ciento de hogares más pobres, y se duplicó en términos reales en los últimos cinco años", declaró. 


Oradores en una conferencia celebrada la semana pasada cerca de Johannesburgo también notaron que las transferencias de efectivo demostraron mejorar las vidas de los beneficiarios y el estado de las economías locales.

La reunión fue organizada por Oxfam Gran Bretaña, Southern African Regional Poverty Network (Red regional de África austral contra la pobreza), basada en Pretoria, y el Programa Regional contra el Hambre y la Vulnerabilidad, con sede en Johannesburgo. Esta última recibe apoyo de los gobiernos británico y australiano.

Gush también alega que una mayor coordinación entre departamentos del gobierno es esencial para combatir la pobreza de modo más efectivo.

"Diferentes departamentos, tales como el de educación, trabajo y salud, están trabajando independientemente. No hay un enfoque integral de abordar los problemas por todos los departamentos juntos", recalcó.

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